jueves, 1 de febrero de 2018

CANDELARIA Y VIDA CONSAGRADA:

2 DE FEBRERO

Cuarenta días después de su nacimiento, el Niño Jesús fue llevado al Templo de Jerusalén para ser ofrecido al Señor por sus padres, tal como prescribía la Ley de Moisés: “Todo primogénito varón será presentado al Señor”.

En ese momento la Santísima Virgen hizo verdaderamente la ofrenda de su Hijo. El anciano Simeón, tomando en brazos al Niño profetizó de él que sería: LUZ PARA ALUMBRAR A LAS NACIONES y gloria de su pueblo, Israel” y a su madre: “Una espada de dolor atravesará tu alma”.


La única mujer de la historia que fue virgen antes, en y después del parto, se sometió al rito judío de la purificación 40 días después del nacimiento de su Hijo.
La Presentación del Niño Jesús en el Templo como LUZ DE LAS NACIONES, ha hecho que este día se celebre en la liturgia eucarística tomando una candela que llene de luz nuestros ojos. Por ello se llama también el día de LA CANDELARIA o fiesta de las candelas.


El día 2 de febrero de 1997, san Juan Pablo II instituyó LA JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA.

 En este día:

  Ë  Todo el Pueblo de Dios alaba al Señor y le da gracias por el DON de la Vida Consagrada en la Iglesia en la variedad de carismas. Decía santa Teresa: “¿Qué sería del mundo sin los religiosos?”  (Libro de la Vida 32, 11)

  Ë   Se promueve el conocimiento y la estima de esta forma de vida que hace presente en la Iglesia el estilo de vida de Jesús, el primer consagrado al Padre para el Reino de Dios viviendo en pobreza, castidad y obediencia. Desde que somos sumergidos por tres veces en las aguas del bautismo, quedamos consagrados a Dios Trinidad, pero algunas personas recibimos un carisma especial del Espíritu Santo, para dedicarnos con un corazón indiviso al Reino de Dios y al servicio de los demás, al estilo de Jesús.

  Ë Todos los consagrados celebramos solemnemente las maravillas que Dios ha hecho con nosotros. Cantamos junto a la Virgen María nuestro personal, único e irrepetible “Magníficat”. Porque el Señor ha hecho obras grandes en nosotros y somos testigos de su maravillosa actuación en la historia concreta de nuestras vidas.


El lema de la Jornada en este año, tal como aparece en el cartel, es:

LA VIDA CONSAGRADA: ENCUENTRO CON EL AMOR DE DIOS”.

El significado de este lema es que los consagrados ofrecemos a los demás el testimonio vivo de que el encuentro con Dios es posible en todo lugar y época; de que su amor llega a todo rincón de la tierra y a todo corazón humano.
A nosotros este lema nos invita a hacer un examen de conciencia y ver si lo más importante en nuestra vida es precisamente este encuentro amoroso con nuestro Dios, que vive en nuestro corazón y al que encontramos en el servicio concreto con los más necesitados.
Los contemplativos en la Iglesia, hacemos vida de un modo especial el lema de este año, pues toda nuestra vida es una experiencia continua de encuentro con el amor de Dios. De este modo recuerdamos al hombre contemporáneo las palabras de San Juan Pablo II:

EL HOMBRE NO PUEDE VIVIR SIN AMOR. Su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente” (Redemptor Hominis, 10)

Esta vida es una oportunidad única e irrepetible para amar a Dios y crecer día a día en la unión con Él. El grado que hayamos alcanzado a la hora de nuestra muerte será el que tengamos por toda la eternidad.

A todos los consagrados: ¡¡Felicidades!! Por el don de la vocación.

A todas las que llevan el nombre de Candela o Candelaria: ¡Felicidades!

1 comentario:

  1. Tenemos una crisis profunda,y la crisis es "el hombre" por eso es profunda. Todos queremos ser Dioses, y dejamos al verdadero Dios aparcado a un lado, estamos ciegos y no le abrimos nuestro corazón, y lo necesitamos mas que nunca (cuanto bien nos aria estar una hora con el)

    ResponderEliminar